Dispares, como mínimo un tercer elemento que actúe de envolvente, o bien un plano que arrastre los términos en un movimiento singular (aunque solo sea en el mínimo espacio-tiempo del encuentro), en suma que haga la transversal. Dos proyectos que eligieron la insistencia. En lugar de chocar de frente con las representaciones más duras de la realidad y sus clichés, surfear sus propios meandros y tejer sus telarañas, descubriendo el adentro como pliegue del afuera (y viceversa). Se adquiere una dinámica propia de pensamiento, se forjan las primeras armas para enfrentar los peligros (básicamente la estupidez, la liviandad y el poder), ahora se trata de estirar el territorio. Ante el riesgo de la comodidad, del nihilismo, de la coagulación, de la redundancia, buscar una transversal que haga la diferencia. Una diferencia de potencial, y un precursor que actúe en la penumbra. En el fondo, eso trama un devenir.