UN FELIZ DESASTRE
Reseña de Fragmento de historia futura, de Gabriel Tarde,
por Sofía Mónaco
Allá por el año 2017, el Comité Invisible anunciaba que el mañana está anulado, que no hay futuro, y que todas las razones para hacer una revolución estarían a la vista: “el naufragio de la política, la arrogancia de los poderosos, el reino de lo falso, la vulgaridad de los ricos, los cataclismos de la industria, la miseria galopante, la explotación desnuda, y el apocalipsis ecológico”, entre otros fenómenos de similar intensidad. Todas las razones para destruir eso que hace la vida invivible están ahí, por demás detectables y reconocibles. Pero las razones no son lo que hacen las revoluciones, son los cuerpos, y estos, sabemos bien, se encuentran frente a las pantallas, como sonámbulos inmovilizados en sus zonas de estabilidad, encerrados en un sopor mortal.
Pero también sabemos que, en todo momento, siempre algo peor es posible. Lejos de implicar esto un fatalismo inútil, esta vertiente pesimista es una de las claves que reconoce René Schérer en su prefacio a la novela Fragmento de historia futura, de Gabriel Tarde, sociólogo olvidado, y rescatado de esa tiniebla por autores como Gilles Deleuze y Bruno Latour.
Entonces, ante ese reconocimiento incisivo, el de un mundo sin mañana, el de un futuro imposible, ¿por qué volver a Tarde? ¿Por qué, siguiendo la incitación de Schérer, hay que leerlo, y no como un imperativo –más allá de la forma verbal empleada– sino, más bien, como una tarea impostergable? Tarea, claro está, hija de una necesidad, de una urgencia: que esta época desengañada despierte, de una buena vez, del letargo. Que abandone el sonambulismo en que se encuentra sumida, para poder entender que “nada se debe esperar de la civilización en su andar deshumanizante y su carrera siniestra”, civilización que “ya no es capaz de invención social, de innovación real.” (Tarde, 2025, p. 13)
Este fragmento de historia futura nos transporta a la catástrofe de finales de un siglo XXV incierto, momento caótico en la historia de la humanidad, pero a la vez plataforma para la gestación de algo nuevo. Tras un feliz desastre que implicó el derrumbe –para el bien del hombre– de la civilización, es tiempo para la reinvención. Y Tarde, tal como afirma él mismo en las líneas preliminares de la novela, se encarga de narrar ese naufragio, por que qué otra cosa es sino esa instancia creativa, ese tiempo para la emergencia de algo distinto a lo que ya era. No un mañana, o un mero futuro. Algo completamente nuevo, algo todavía sin lugar, sin topos: una utopía. Por supuesto que Tarde no es el primero en trazar un horizonte en estos términos (podemos mencionar varias referencias, como la Ciudad del Sol de Campanella, la utopía de Moro, o por qué no, la República platónica). En lo que sí presenta originalidad es en cierta estética política. Tarde divide este drama en tres actos: el primero, la historia inmediata, el acto del progreso continuo, esa mediocridad que implica el porvenir de la civilización; el segundo acto, el de la catástrofe glaciar, la extinción progresiva del sol (nótese aquí el progresivo acercamiento hacia lo oscuro, hacia las profundidades); y, finalmente, el tercer acto, la regeneración, momento en que la humanidad, guiada por este héroe inicialmente incierto, Milcíades, se abre paso a la reinvención, a la creación de un suelo nuevo, pero adentro, bien en lo profundo, y no hacia lo alto, hacia las luces del Progreso y de la razón, sino hacia la interioridad, hacia la inmensidad de un espacio subterráneo, nunca antes habitado. Tal como señala Schérer sobre el final del prefacio, “es necesario conceder a este cambio de lugar y orientación su plena significación filosófica. No hay que ver en esto una elección arbitraria, sino una verdadera inversión de los valores, a la manera nietzscheana.” (Tarde, 2025, p. 31)
Ya no se trata de la salida de la caverna, del ascenso iniciático y salvador hacia el sol. En Fragmento de historia futura es precisamente el descenso, el hundirse en las profundidades más ignotas e inciertas lo que implicará una fuente de enriquecimiento infinito, un nuevo lugar para la creación, no para la reproducción.
COMITÉ INVISIBLE (2017). Ahora. [https://tiqqunim.blogspot.com/2018/06/ahora-comite-invisible.html].
TARDE, Gabriel [1896] (2025). Fragmento de historia futura. Buenos Aires: Cactus.



