Los problemas del pensamiento en situación de taller: un banco de trabajo regado de una infinidad de piezas desparramadas, unas grandes y otras pequeñas, unas macizas, otras en sí mismas desmontables y a veces desmontadas, dos o tres pinzas para ajustar y algún martillo para forzar los encastres o deformar. Las clases son la filosofía como oficio.