SEMINARIOS II. GUATTARI Y EL ESFUERZO CONCEPTUAL
Reseña de Seminarios II. Cartografías. Estallido de la subjetividad y la alteridad, de Félix Guattari, por Eduardo Torres Morán (Universidad Autónoma de Madrid),
Seminarios II de Félix Guattari recopila una serie de encuentros fechados de 1981 a 1982. Este segundo tomo es la continuación editorial de Seminarios I en 2024. En el primer tomo se abordaba la teoría general de los agenciamientos y las críticas al psicoanálisis freudiano y lacaniano. Este segundo tomo se presenta bajo el rótulo general de Cartografías y Estallido de la subjetividad y la alteridad que a grandes rasgos son los dos temas que se tratan a lo largo de los encuentros. Debemos de presentar por qué estos textos aquí recopilados suponen una aportación fundamental para entender el gesto de Guattari respecto a los modos o componentes de subjetivación: en primer lugar, explora a través de múltiples ejemplos la terminología con la que, en posteriores obras, incluida la reciente publicación de Mil Mesetas en 1980, va a emplear para hablar de la subjetividad. Y, en segundo lugar, el esfuerzo por conjugar diferentes registros (semióticos, pragmáticos, maquínicos…) en un mismo plano de consistencia o inmanencia. En definitiva, este seminario de Guattari se compromete, por un lado, con un proyecto pedagógico en el que expone y describe la terminología utilizada, y, por otro lado, con un proyecto teórico-práctico, pues a la vez que arma un corpus teórico también busca un campo de aplicación (sea psiquiátrico, social…). En sus palabras: “La cuestión es captar qué es pertinente en un momento o en otro. ¿Qué se delimita? ¿Qué tipo de agenciamiento hacemos nosotros mismo cuando estamos articulados con un agenciamiento concreto? ¿Por dónde se lo atrapa?” (p.23)
Estos encuentros recopilados por los editores[1] provienen de la revista Chimères, fundada en 1987 por Félix Guattari junto a Gilles Deleuze, Jean-Claude Polack y Danielle Sivadon consagrada al estudio del esquizonálisis, así como su aplicación en los campos terapéuticos, sociales, filosóficos etc. Además, los editores y traductores hacen un gran trabajo, pues mediante un sistema de notas al pie aclaran algunas cuestiones y refieren a otras obras de Guattari, además de presentar mediante anexos los complejos esquemas explicativos que usa el autor francés para su explicación. La división de los encuentros responde a una sucesión cronológica, sin embargo, para presentarlos a continuación, ofrezco una división temática para su lectura: en primer lugar, los encuentros dirigidos a cartografiar el estallido de la subjetividad desde la teoría general de los agenciamientos; y, en segundo lugar, el reajuste terminológico del esquizoanálisis respecto a la teoría de Freud y Lacan.
El primer bloque dirigido a cartografiar el estallido de la subjetividad desde la teoría general de los agenciamientos agrupa los siguientes encuentros: 1º “Estallido de la subjetividad y la alteridad: funcionamiento y esquema de los agenciamientos” (11-45), 2º “Los referentes de los enunciados y sus vínculos” (45-71), 3º “Cuatro dimensiones para un análisis de la economía del deseo” (71-81) y 4º “La cuestión de los agenciamientos de transferencia” (89-107). Este primer bloque ahonda en la compleja explicación de los componentes de subjetividad y su articulación a partir de los agenciamientos. El problema, como bien explica Guattari, está en tratar de ofrecer una abstracción de algo que ocurre y varía constantemente en un plano inmanente. Así, el esfuerzo conceptual que lleva a cabo Guattari en estos encuentros debe entenderse en su aplicación específica y esquemática[2], es decir, que desde una abstracción general (cómo funciona un agenciamiento) se efectúa una aplicación particular (qué pasa en un agenciamiento del tipo avispa-orquídea). En sus palabras:
La cartografía de los agenciamientos pone en cuestión el sentido común y el sentido idiosincrásico [y, por tanto, la subjetividad], pero no en nombre de un sentido científica armado. Lo hace en nombre de una cartografía. ¿pero que es específica de qué? Es ahí que la cuestión se plantea en otros términos. No tenemos objetividad, las entidades que pertenecen a los agenciamientos no dependen del principio de identidad. (p.93)
El primer encuentro retoma la teoría de los agenciamientos que había explicados en los anteriores encuentros del tomo I, sin embargo, esta vez los atraviesa desde la óptica de la subjetividad. El punto principal está en “tratar de disolver por completo el carácter masivo y globalizante de las concepciones relativas a la subjetividad y a la alteridad” (p.11). En este sentido, hace un breve recorrido desde el estructuralismo lacaniano (en particular, desde la noción de significante) para reconstruir sus limitaciones y ofrecer una alternativa, a saber, los agenciamientos de contenido y de expresión. Guattari busca entender cuáles son las conexiones que existen entre los diferentes elementos del agenciamiento: estos son, por un lado, el triángulo de la consistencia (articulado por un universo desterritorializado y por los filum maquínicos, es decir, por la posibilidad de que los elementos del agencimento se den de otra manera) y, por otro, el triángulo de la consistencia referencial (articulado por los territorios y los flujos materiales). La unión de estos elementos articulados en un agenciamiento es lo que da pie a los componentes de la subjetividad, pero no en clave de la individualidad (como un único sujeto), sino en términos de multiplicidad (resultado de diferentes componentes).
El segundo y tercer encuentro pueden agruparse temáticamente, pues, ambos tratan sobre el referente del agenciamiento, esto es, a qué o quién(es) articula. Así, las preguntas que abren el segundo encuentro son: “¿A qué tipo de referente están conectados? ¿Cómo funcionan dichos referentes? ¿Qué funciona entre esos diferentes referentes, qué no funciona? ¿Cuáles son los componentes intrínsecos a esos referentes y cuáles los componentes que funcionan entre esos diferentes referentes?” (p.45) cuyas respuestas solo serán posibles en el funcionamiento de una economía del deseo. Así, Guattari complejiza todavía más el anterior esquema de los agenciamientos y articula cuatro triángulos que definen en un mismo plano la multiplicidad de los componentes de subjetividad. El primer triángulo es el de “Codificaciones territoriales” que segmenta y reparte los flujos de materia y forma (y, por tanto, cómo debe comportarse y hacerse un cuerpo). El segundo triángulo de “Semióticas maquínicas” que conecta y codifica las funcionalidades maquínicas (la persistencia y el mundo de los posibles) con los flujos de materia. El tercer triángulo “Maquínicas intrínsecas” articula las máquinas abstractas, es decir, la conexión de los diferentes tipos de máquinas dadas en un contexto determinado. Y, por último, el cuarto triángulo “Semióticas interpretativas” que dan forma y contenido a las expresiones. El agenciamiento es la articulación de estos triángulos, sin embargo, el foco debemos ponerlo en el caso concreto, “la cuestión es apreciar cuál es la dinámica. Nos despegaríamos de la tópica hacia una dinámica. Se trata de saber hacia dónde tiende eso” (p.59).
El cuarto encuentro se dirige a la crítica del psicoanálisis, concretamente, al apego por el significante como principio explicativo, en sus palabras: “Hace algunas décadas que, desde su sillón, los analistas tomaron la costumbre de pegar la oreja al significante. ¿Con qué fin? Ahí uno queda perplejo…Ellos mismos escriben mucho sobre eso. En el comienzo, el análisis no era concebido ni estaba organizado para estar pegado a ese modo al significante” (p.89). En este sentido, el encuentro se dirige a reformular y desplazar el significante lacaniano como un componente más de los agenciamientos. A ello, articula cuatro dimensiones, Sintagma existencial, las cualidades sensibles incorporales, la praxis maquínica (procesos concretos o sistemas vivientes) y las máquinas abstractas o realidades abstractas (las cuales hemos visto en su articulación triangular). Así, el esquizonálisis debe deshacer el agenciamiento para saber qué elementos integra, es decir, saber cuáles son los componentes específicos de esos triángulos y cuáles son sus desplazamientos e implicaciones. En este encuentro aplica este esquema general a los agenciamientos de transferencia para desarticular la primacía del significante, en palabras del autor:
Este principio nos va a permitir esbozar la cuestión de la transferencia, que desde esta perspectiva deviene la cuestión de los agenciamientos de transferencia. No se trata de una transferencia sobre un analista, de una transferencia que pone en juego a la persona, las identificaciones, sino de un agenciamiento de transferencia que al entrar en juego, interacción o conexión con otro agenciamiento no solamente cambia los datos del agenciamiento objeto, sino también sus propios datos de agenciamiento de transferencia. (p.95)
El segundo bloque se dirige a reactualizar la terminología de los agenciamientos desde la óptica freudiana y lacaniana para tratar de dar cierta continuidad a sus análisis con la historia del psicoanálisis. Este bloque se compone de tres encuentros; 5º “La cuestión de la energía del inconsciente” (pp.107-123) y 6º divido en dos partes: “Energías, incorporales y noción de estado” (pp.123-149) y “Bateson, el double bind y los niveles lógicos por Mony Elkaïm” (pp.149-154). El quinto encuentro ahonda en el psicoanálisis freudiano desde la revisión de las tópicas, pero atendiendo a las descripciones dinámicas y metafóricas termodinámicas. Además, analiza desde esta óptica la noción de objeto de Lacan. En este sentido, el esfuerzo de Guattari se centra en explicar la reactualización del inconsciente como un plano de consistencia o inmanencia, es decir, dinámico y cambiante partiendo de las descripciones freudianas y lacanianas de la energía. En sus palabras: “La cuestión es justamente reformular, no una teoría de la energía, sino en lo posible de n teorías energéticas, es decir n modos de funcionamiento energéticos para dar cuenta del lugar donde efectivamente hay energía en los procesos inconscientes, y, al mismo tiempo, del lugar donde no hay” (p.114).
El sexto encuentro se divide en dos partes; en primer lugar, Guattari aborda las dimensiones de lo maquínico, es decir, la explicación del inconsciente. Una vez más, el objetivo no es cerrar un corpus de conocimiento, “por el contrario, buscaremos multiplicar los medios para dar cuenta de los estados y los sistemas de transformación” (125). Así pues, la teoría de los agenciamientos debe dirigirse al agenciamiento concreto y a los elementos que integra, y este análisis solo puede hacerse a partir de la cartografía. Y, en segundo lugar, la segunda parte no es dada por Guattari, sino por Mony Elkaïm, psiquiatra y psicoterapeuta marroquí-belga. Elkaïm se centra en hacer una descripción de que ocurre en la comunicación esquizofrénica, es decir, cómo las enseñanzas de Guattari a lo largo de los encuentros ayudan a entender este proceso, pues los diferentes niveles del análisis interactúan entre sí: “y esos niveles no son jerárquicamente diferentes. Son ese entrelazado complejo que Feliz llamaría rizomático, porque se yuxtaponen de cualquier modo y sin seguir ninguna jerarquía” (p.154).
El libro de Guattari Seminarios II es un estudio que debe leerse con el fin de profundizar en la terminología y el pensamiento de autor francés. Cada uno de los encuentros, que nosotros hemos tematizado en dos bloques, ahondan y explican en qué sentido Guattari usa ciertos términos y cómo cartografía el estallido de la subjetividad desde la teoría general de los agenciamientos a la vez que integra y reformula el psicoanálisis freudiano y lacaniano. En este sentido, este texto de Guattari resulta fundamental, junto con Seminarios I, para adentrarse en sus obras particulares y colaborativas que la editorial Cactus ofrece por primera vez al público de habla hispana. Así, con el fin de facilitar la lectura del texto debemos destacar dos aspectos que deben tenerse en cuenta. En primer lugar, la calificación mediante ejemplos de la terminología usada y las interacciones constantes con el público, así como las propias preguntas del público. Y, en segundo lugar, el esfuerzo conceptual que hace Guattari para configurar diferentes registros sean del tipo que sean en un plano de consistencia o inmanencia.
________________
[1] Los editores y traductores son Pablo Ariel Ires y Sebastián Puente. Ambos son especialistas en filosofía y psicoanálisis francés, además son traductores de múltiples obras. Pablo Ariel Ires ha traducido muchas de las obras de Gilbert Simondon, así como cursos y entrevistas de Gilles Deleuze para la editorial Cactus. Sebastián Puente ha participado en colaboración con Pablo Ariel Ires en las citadas obras y también es autor de Producción Bornoroni relato degenerado del encuentro con un loco (2008) publicado en Cactus.
[2] Los esquemas presentados en los anexos representan fielmente la complejidad del análisis de Guattari y el gesto de llevar todo a un mismo plano de inmanencia o consistencia. Además, de que ayudan a la explicación de los diferentes encuentros.