MUNDOLOGÍA: ENTRE LA BIOSEMIÓTICA
Y LA FILOSOFÍA DE LA BIOLOGÍA
Mundología es un libro que se mueve entre dos registros discursivos diferentes. Por un lado, se trata de un texto que se esfuerza por difundir, aclarar, explicar y hacer accesible los conceptos centrales de la reflexión filosófica de Von Uexküll, situándolos en el marco histórico de su nacimiento, en la recepción que hicieron sus contemporáneos y en la huella que dejó su pensamiento en disciplinas como la cibernética, la biosemiótica y la filosofía de la biología. En este sentido se trata claramente de un libro de divulgación. Este género discursivo admite diversos grados de elaboración que se distinguen por el lector modelo al que están dirigidos. La divulgación puede asumir las distintas estrategias discursivas de los medios de comunicación masiva; o puede orientarse a un lector que, si bien no es un especialista en la materia, tiene curiosidad, desea informarse sobre la filosofía, y sobre el saber en general. Un ejemplo ilustrativo de este último son las biografías intelectuales de Rüdiger Safranski.
Mundología se sitúa, a mi juicio, dentro de este segundo modelo de divulgación filosófica. Pero lo hace con un sello estilístico propio, con un registro lingüístico que hace de él un libro cuyas coordenadas enunciativas son las de la actualidad. Habla el lenguaje de Buenos Aires del 2023. Cito algunos ejemplos: “El prestigio ganado con sus investigaciones fisiológicas y con su libro de 1909 no es suficiente para el establishment académico. Aunque se vista de seda, vitalista queda” (p. 26). Para describir la desilusión que Von Uexküll siente cuando recibe un premio consuelo, Heredia elige darle a este suceso una tensión narrativa: “Mordiéndose los dientes, Von Uexküll escribe una carta a las autoridades” (p. 27). Uno de los pasajes más logrados desde el punto de vista estilístico es aquel en el que establece una identificación entre Von Uexküll y su objeto de estudio: “La idea de Umwelt cae como un fruto maduro, le otorga notoriedad a un animal diminuto que habrá de succionarle la sangre hasta del día de hoy: la garrapata” (p. 36). Este fragmento puede considerarse como una variación temática de una afirmación que Juan José Saer hace en El río sin orillas cuando dice que “los especialistas en escorpiones no son forzosamente venenosos” (1). No sería el caso de Von Uexküll de acuerdo con el autor de Mundología. El especialista en garrapatas terminó siendo devorado por su objeto de investigación.
El otro género discursivo en el que bascula Mundología es el del artículo académico especializado. El libro ofrece al investigador un trabajo analítico muy refinado de interpretación textual de los textos de Von Uexküll y sus comentadores. Este registro textual aparece principalmente en las notas al pie y en una bibliografía exhaustiva que le permite al académico rastrear la argumentación e intervenir en la discusión.
Pero el texto no solo es un ejercicio elegante de hibridación estilística. También y fundamentalmente es un trabajo que hace circular ideas, argumentos, problemas filosóficos de relevancia actual. Querría detenerme en dos temas que me parecieron muy importantes. Uno que está tratado explícitamente, a saber, la relación entre Von Uexküll y Heidegger. Y el otro que está sugerido, pero no tratado de manera temática: el vínculo entre Von Uexküll y Yuri Lotman.
La relación con Heidegger tiene, a mi juicio, dos aspectos. En primer lugar, el libro expone la apropiación e interpretación que Heidegger hace del concepto de Umwelt (mundo circundante) no solo en Ser y tiempo sino también en el marco del curso de 1923-1930 Conceptos fundamentales de metafísica. Sin entrar en todos los detalles de la argumentación, la tesis principal de Heidegger, a diferencia de Uexküll, es que solo el hombre tiene mundo. Esto significa que solo el hombre instituye un espacio de sentido, una totalidad de significaciones. En Ser y tiempo, Heidegger es aún más enfático: fuera del hombre, del Dasein, no hay sentido. Esta mirada clásica del filósofo alemán es quizás la diferencia más nítida con Von Uexküll para quien la vida misma es significativa. La diferencia entre el mundo circundante de los animales y el mundo de los humanos es solo de grado, no hay una diferencia cualitativa (p. 95). Ambos se presentan como espacios semióticos.
A pesar de esta divergencia, creo que hay un aspecto del pensamiento de Von Uexküll que guarda una semejanza muy clara con el de Heidegger. Me refiero a la noción de Bauplan (plan de construcción) y Planmäβigkeit (conformidad a plan). El autor de Mundología, profesor de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires y de la Universidad Pedagógica Nacional, Juan Manuel Heredia, dice: “Con aire platónico, Uexküll (1930/1944: 9-10) plantea que la idea de Bauplan no encuentra su modelo en las ciencias empíricas sino en las formales y, particularmente, en la trigonometría” (p. 64).
El plan de construcción es la forma o estructura que constituye a un ser viviente. Se trata de “sistemas de relaciones de carácter metafenoménico” (p. 63) a las que el biólogo accede por medio de la intuición y que requieren una explicación que está por fuera de la causalidad eficiente o de la causalidad final. Dicho de manera positiva: la conformidad a un plan de la vida exige una explicación fenomenológica. Heredia califica esta manera de comprender la vida como un estructuralismo vitalista. Una de las consecuencias más interesantes de esta postura es la atribución de una mirada a los animales. Los animales no son mecanismos de relojería, sino sujetos que poseen una mirada que puede entrelazarse significativamente con la mirada humana.
En Heidegger hay también una relación muy estrecha entre Platón, el plan de construcción (Bauplan) y la mirada. Uno de los términos que Platón usa para designar la esencia es Eidos. Entre las distintas traducciones que Heidegger hace al alemán se encuentra frecuentemente la de plan de construcción y la de esencia. Para el filósofo no tenemos una percepción directa de la realidad, sino que siempre está anticipada por una estructura, por el plan de construcción o, dicho de otra manera, por la esencia. Cuando entramos a una casa, por ejemplo, no percibimos la casa como tal, sino las paredes, las puertas o cada una de las habitaciones. La interpretación de la puerta en cuanto puerta solo es posible porque anticipamos el Eidos de la casa, su plan de construcción o su esencia. Esto tiene como consecuencia que nuestra percepción del mundo esté interpretada previamente por estas anticipaciones de sentido. Von Uexküll expande esta relación entre plan de construcción y percepción por fuera del espacio de sentido humano y lo traslada al mundo animal.
El segundo tema que quiero mencionar es la relación entre Von Uexküll y Lotman. Heredia insinúa este vínculo cuando en dos ocasiones usa explícitamente el término lotmaniano de semiosfera para describir el mundo circundante y lo fundamenta mediante la referencia bibliográfica a las investigaciones de Kalevi Kull, especialista destacado en la semiótica cultural de Lotman. A mi juicio, hay un lugar donde se puede ver claramente la relación entre ambos pensadores, a saber, en el vínculo entre el concepto de círculo funcional de Von Uexküll y la noción de texto artístico de Lotman.
El circulo funcional describe el modo en que el viviente interacciona con el exterior. No se trata de una relación mecánica en la que el viviente reacciona siempre de la misma manera ante un mundo que se presenta como un conjunto de estímulos rígidos. Por el contrario, la realidad exterior es significativa para el viviente, comparece como un plexo de signos. Por este motivo, Heredia afirma que “a nivel individual, y en particular en los mamíferos y animales ‘superiores’, el sujeto puede engendrar en su devenir nuevos círculos funcionales (es decir, nuevas reglas de articulación entre esquemas e impulsos, entre percepciones y acciones)” (p. 77). Esta caracterización dinámica del círculo funcional da lugar a lo que se podría llamar la creatividad animal.
Es en este preciso aspecto que se puede establecer una relación con el concepto de texto artístico de Lotman. El arte es un texto que, a diferencia de otros, posibilita la generación de nuevos mensajes que no pueden ser anticipados por algún tipo de regla mecánica. Instituyen sentido cada vez que se ponen en contacto con algún lector. Del mismo modo, se puede afirmar que el círculo funcional de Uexküll se comporta semióticamente como un texto artístico. Su Umwelt es verdaderamente una semiosfera.
Estos dos temas a los que recién hice referencia son solo una muestra pequeña de una constelación de conceptos, problemas y tesis que Mundología ofrece a un lector. El mundo de Mundología es mucho más vasto y rico que estos dos ejemplos. Por eso, estoy convencido de que Mundología se va a convertir en una referencia necesaria para cualquier investigación que se centre no solo en el pensamiento de Von Uexküll, sino también en los orígenes de la antropología filosófica alemana, la biosemiótica y la filosofía de la biología.
Adrián Bertorello
CONICET / Universidad de Buenos Aires.
(1) Juan José Saer, El río sin orillas, Buenos Aires, Planeta, 2003, p. 131.